El empleo de Minas Antipersonal dentro de la guerra, no es aleatorio,
sino que responde a una lógica
bélica. Sin embargo,
el hecho de que estas armas sean activadas directamente por la víctima, y que además tal activación tenga lugar de forma diacrónica hace que sus efectos sean completamente indiscriminados. Es por esto que el empleo de Minas Antipersonal en Colombia
es un reflejo de las dimensiones de la degradación del conflicto armado.
Conozca en este especial las historias de los sobrevivientes, sus relatos y resiliencias
Mi nombre completo
es N .J.L.O., tengo 15 años de edad, de estado civil soltera, estudiante de séptimo grado. nos cogieron allá en Turbay, eso es un corregimiento de Suratá, nos cogió el ejército, nosotros estábamos en una casa en el campo, eso yo no conozco por allá, nosotros, o sea yo estaba con Paola, la muchacha que esta acá con nosotros, estábamos nosotras las dos en una casa, ellos estaban en combate al otro lado en una loma, ellos los elenos, estaban en combate al otro lado de Turbay, yo sé porque ellos nos dijeron ese día antes, el día que nos mandaron
para la casa, ellos nos dijeron que iban para un combate, a nosotras nos cogieron
un domingo, el ejército y nosotros estábamos en esa casa desde el sábado por la pura tarde, nosotros nos quedamos en una escuela de la vereda de Turbay, con el ejército,
en la escuela estaba el ejército y nadie más, la escuela está cerca de la carretera, ya se estaba haciendo oscurito, desde la
casa a la escuela ca
minamos como unos veinte minutos por un camino y ese camino
salía a la carretera, era bastante
ejército, eso habían
varios en varios lados, bastantes del ejército, ahí comimos en la escuela, los del ejercito nos hacían pregunta s de que cuanto tiempo hacía que estábamos allá con los elenos, ellos supieron que estábamos con los elenos porque nosotros les contamos, nosotros le dijimos que yo hacía ocho días estaba por allá, y Paola, se la llevaron para otro lado distinto a la escuela, nos dijeron que si habíamos sido presionadas por los elenos, nosotros dijimos que sí, que como se llamaban
mis papas, que como se llamaban los mandos de los elenos, yo el nombre de los mandos nunca los supe, si no
hay había una muchacha que la mataron, que era la que mandaba a nosotras y ella mandaba a quince elenos, yo supe que la mataron porque el
mismo día que nos sacaron
de allá la echaron ahí en el helicóptero
muerta, no me acuerdo del nombre
de ella, los del ejercito nos trataron lo mas de bien, nos tendieron cama y todo y al otro día nos trajeron para el batallón. Yo ese día, fue un domingo, estaba
estudiando
en el colegio en Charta, eso eran como las seis de la tarde, estaba recuperando inglés, iba para la casa donde vivo, que mi nono me paga una pieza en Charta, yo iba sola por una calle, había
más gente atrás del pueblo, los elenos, estaban ahí en el pueblo, iban
de paso estaban
entregando
unos libros que decían el E.L.N., cuando yo subía por la calle, ellos bajaban y me entregaron un libro, yo les dije que no, que ese libro no lo quería que eso para que, entonces me dijeron que a ellos no se les decía una cosa de esa, yo les dije ya me voy, ya me voy y entonces la muchacha esa
que yo digo que mataron, me dijo es que usted, se va con nosotros, porque si no le matamos la familia
y de ahí, me amenazaron con una pistola, la china esa me amenazó con la pistola y me dijo que me tenía que ir con ella por las buenas o por las malas y de ahí me fui con ellos porque que más, de ahí seguimos ca
minando por la calle, no me dejaban hablar
con nadie, había gente ahí detrás de los del pueblo,
no me acuerdo quien estaba por ahí viendo, salimos
del pueblo y seguimos por la carretera que va para Vetas Santander y nos fuimos toda la noche ca
minando y un poco del día lunes, hasta llegar
a Vetas, y antes de llegar al pueblo nos fuimos por un ca mino
retirado de Vetas, porque como allá hay policía, de ahí
todo eso fue
bajando hasta California,
Santander.
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